Esta marca quiso su primera tienda física en Madrid para convertirla en su buque insignia, estableciendo el concepto de marca que seguirán las futuras tiendas que abrirán en la capital.

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Con el objetivo de convertirse en referentes en el sector de los accesorios de moda, se demandó un diseño moderno  que destacase con el resto de tiendas vecinas por su color. 

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Para ello, la inspiración vendría en diseñar un espacio envolvente con una estética organicista de los 60, potenciado por el uso monocolor del rosa maquillaje. Este tono  cambia de matiz, yendo desde un color salmón a un violeta, debí a la iluminación de la tienda, inundándolo todo, desde suelo, paredes y cortinas, . Para contrastarlo, se diseña un mobiliario de líneas ortogonales en acero cepillado que aporta frescor al espacio. En general, una tienda con una identidad reconocible y fácilmente reproducible en futuras aperturas.​